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La Audiencia Nacional ha condenado a 27 años de prisión al narcotraficante que causó la muerte del agente del Servicio de Vigilancia Aduanera, el melillense Carlos Esquembri, durante una operación antidroga en marzo de 2023 en aguas internacionales cercanas a Canarias. El acusado ha sido sentenciado a 17 años por homicidio agravado y a otros 10 años por un delito contra la salud pública.
Además, el condenado deberá indemnizar con 450.000 euros a la esposa e hijo del agente fallecido, quien contaba con una amplia trayectoria profesional y era muy querido entre sus compañeros. La resolución judicial considera probado que la maniobra que acabó con la vida de Esquembri fue voluntaria y orientada a impedir la acción de los agentes que trataban de abordar el velero que transportaba droga.
Los hechos ocurrieron el 18 de marzo del año 2023, a unas 700 millas náuticas al suroeste de las Islas Canarias. Esa jornada, tras recibir una alerta de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA), la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO Central) de la Policía Nacional solicitó la intervención del Servicio de Vigilancia Aduanera para interceptar una embarcación sospechosa de transportar cocaína: el velero Rothmans, de 25 metros de eslora y con bandera de Malta.
El operativo se desplegó desde el patrullero Fulmar, desde donde se activó una embarcación auxiliar de asalto con siete agentes a bordo, entre ellos Carlos Esquembri. Durante la maniobra de abordaje, el velero cambió bruscamente de rumbo. El tribunal recoge que esta maniobra fue intencionada y que el acusado al timón era «plenamente consciente del daño que podría causar».
El impacto se produjo en la proa de la zódiac del Servicio de Vigilancia Aduanera, que volcó, provocando que todos sus ocupantes cayeran al mar. Mientras seis de los agentes lograron salvarse, Esquembri quedó atrapado y falleció ahogado. Sus compañeros señalaron durante el juicio que en más de 35 años de servicio nunca habían vivido un hecho de tal violencia, y descartaron que la embestida fuese producto de las condiciones del mar.
Tras la colisión, los tripulantes del Rothmans prendieron fuego a la embarcación para eliminar la evidencia del cargamento de droga. El incendio se propagó rápidamente, afectando primero al velamen y luego al resto del barco. El fuego obligó a los ocupantes a refugiarse en la zona de popa, desde donde finalmente fueron rescatados por los mismos agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera.
La embarcación terminó hundiéndose con toda la carga ilícita a bordo, pero los responsables del operativo lograron detener a los implicados. Además del autor de la embestida mortal, el resto de los acusados en el procedimiento han recibido penas de entre 10 y 16 años de cárcel por diversos delitos: tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, incendio con peligro para la vida y atentado contra agentes de la autoridad.
Carlos Esquembri tenía 58 años, era natural de Melilla y había dedicado la mayor parte de su vida al Servicio de Vigilancia Aduanera. Su fallecimiento generó una gran conmoción tanto entre sus compañeros como en la ciudad autónoma. En el momento del suceso, el periódico 'El Faro' recogió las reacciones de compañeros y autoridades, que destacaron su vocación, profesionalidad y entrega.
Con esta sentencia, la Audiencia Nacional reconoce no solo la gravedad de los hechos sino también el impacto que tuvo este crimen en los cuerpos de seguridad y en la familia de la víctima.
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