Operación Naja-GC: hasta cuatro años de cárcel por la mayor colección privada de animales peligrosos

La Fiscalía Provincial de Las Palmas solicita penas de hasta cuatro años para tres personas -D.M.M., L.M.M. y J.J.M.M.- acusadas de almacenar en condiciones ilegales y sin la debida autorización una vasta colección de animales exóticos y potencialmente peligrosos en un inmueble del municipio de Telde. La acusación sostiene que los procesados incurrieron en un delito contra la fauna, por el que el Ministerio Público también interesa multas que suman 70.000 euros y la inhabilitación especial para el ejercicio de profesión u oficio relacionado con animales por un periodo de hasta cuatro años.

La operación policial que permitió desmantelar esta colección, una de las más importantes a nivel nacional y europeo por su peligrosidad y volumen, fue desarrollada por el Seprona de la Guardia Civil de Las Palmas, en colaboración con la Unidad de Drones de la Policía Local de Telde (Unidron), en el marco de la operación Naja-GC. La investigación se inició a finales del año 2021 a raíz de una información recibida por el Seprona, que posteriormente, gracias al uso de drones, logró verificar la existencia de un caimán de grandes dimensiones en la azotea del inmueble.

El registro del inmueble, que carecía de licencia, núcleo zoológico o cualquier tipo de autorización para la tenencia de las especies, reveló un total de 139 animales, entre ellos numerosos ejemplares altamente venenosos y prohibidos. Muchos eran transportados o albergados en condiciones que no garantizaban su seguridad ni la de las personas, y su custodia no contaba con profesionales capacitados ni instalaciones adecuadas.

En el interior de la vivienda, los agentes hallaron 118 serpientes, 26 de ellas con veneno letal, y entre las especies peligrosas se encontraban mambas verdes y negras, cobras, serpientes de cascabel, víboras cornudas, taipanes, cobras reales, serpientes de árbol y otras de origen asiático y africano. También se encontraron ocho lagartos, entre ellos un varano del Nilo, siete tortugas exóticas, cinco camaleones, tres geckos, dos sapos asiáticos, un erizo, una tarántula, un escorpión y un milpiés gigante. El animal más llamativo, y cuyo avistamiento motivó el inicio de la investigación, fue un caimán que se encontraba al aire libre, en la azotea del edificio, dentro de una piscina sin medidas de contención seguras.

Las condiciones en las que eran mantenidas muchas de estas especies fueron consideradas de riesgo tanto para los propios animales como para los vecinos. Algunos reptiles estaban alojados en urnas no herméticas, sin cerramiento adecuado ni sistema de ventilación. Otros se encontraban en cajas de plástico en pasillos o apilados en estanterías. El inmueble no disponía de un sistema de control térmico eficiente, ni de recursos para atender emergencias vinculadas al manejo de animales venenosos.

Según el fiscal, los acusados actuaron de manera consciente y deliberada, sin contar con autorización administrativa ni núcleo zoológico, omitiendo medidas mínimas de protección. La gravedad del caso radica en la peligrosidad de muchas de las especies y en la ausencia de control profesional, lo que suponía una amenaza directa para la salud pública y el medio ambiente.

Por estos hechos, el Ministerio Público solicita tres años de prisión para J.J.M.M. y cuatro años para D.M.M. y L.M.M., además del pago de multas individuales de 30.000, 20.000 y 20.000 euros respectivamente.

Este procedimiento será juzgado este año en Las Palmas de Gran Canaria.

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