
Las Palmas de Gran Canaria
«Ratas como caballos» en las chabolas de Ladera AltaVecinos de uno de los barrios con mejores vistas de Las Palmas de Gran Canaria denuncian quema de cobre, peleas de gallos o ruidos en el poblado que se ha expandido en la zona en la última década
Las Palmas de Gran Canaria tiene uno de sus mejores miradores en ese linde casi invisible entre Los Giles y Ladera Alta. Paraíso del parapente y ahora teñido de verde por la siembra. Pero esa imagen evocadora y pocas veces bien explotada por la ciudadanía palmense, a excepción de los 'runners' que por allí sudan, tiene una mancha en su horizonte con el poblado casi chabolista que acomodado sobre una loma levanta indignación entre vecinos del barrio. «Aquí las ratas son como caballos», afirman.
Fue hace casi una década cuando ese trozo de tierra fue colonizado sobre los terrenos de un constructor fallecido. Al principio fueron dos pequeñas casetas que hacían la función casi de cuarto de aperos para sus ocupantes, que pagaban minuta por ello al dueño de la finca. Luego con el paso de los años la cosa fue creciendo y hoy es un pequeño poblado que se gobierna en base a sus propias normas.
De eso se lamentan vecinos de la zona que, no obstante, piden conservar el anonimato por razones de convivencia. «Hemos hablado con los herederos pero dicen que no pueden hacer nada. Y hemos ido al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde nadie nos ha hecho caso. Para eso se ve que pagamos aquí nuestros impuestos», explica dolido uno de los vecinos que denuncia la situación.
En sus palabras la situación se ha ido desbordando en el cruce entre las viviendas de protección oficial y las casas terreras de toda la vida.



Los vecinos que señalan su «hartazgo» enumeran la lista de los problemas que aseguran padecer: «Queman cobre, tienen animales que no se encuentran en buen estado, se hacen allí dentro peleas de gallos. Se da el caso de que hay quien tiene perros cazadores y que cuando los vienen a buscar de madrugada los días de temporada de casz el ruido de los ladridos es insoportable», dicen con evidente enfado.
Basura y animales abandonados
La realidad es que la expansión de infraviviendas y trasteros improvisados se revela a simple vista. Una zona copada de uralita y maderas viejas que no atiende, es evidente, a los códigos del Plan de Ordenación Urbana que tan severo es en algunos aspectos. Junto a la entrada o salida del lugar se observa la cantidad de desperdicios que se acumulan junto a los contenedores de basura, muebles desechados o saneamientos inutilizables.
Muchas quejas reflejan el estado de los animales que allí se encuentran. «Es que esos perros cazadores se nota que pasan muchos días sin comer. Hay cabras y se han producido muchas colonias de gatos. Pero como nadie los alimenta van saliendo a la carretera principal y no es la primera vez que por la mañana tengo que retirar más de un gato muerto por ser atropellado. A algunos se les muere un perro y lo tiran por la parte de atrás, hacia el barranco, como cualquier cosa», aseguran.
En ese tramo de Ladera Alta crece la basura. La parte de las chabolas que da hacia la antigua vaquería abandonada, también cubierta de basura por su uso para actividades como el 'paintball', refleja una loma en la que se amontona la basura. Desechos orgánicos o restos de todo tipo.
Todo esto sucede apenas unos metros más allá de una de las grandes panorámicas de Las Palmas de Gran Canaria, donde la ciudad se descubre hacia el Puerto y la lengua del istmo se aprecia con todo su esplendor. Todo lo contrario a lo que se puede ver solo con dar un giro de 180 grados hacia las chabolas.
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