
Las tiendas de aceite y vinagre reviven en el CEIP Pepe Dámaso
Teresa Sosa, docente de este centro educativo de Schamann, en Las Palmas de Gran Canaria, ha adaptado al plano escolar su libro sobre unos establecimientos en los que además de comprar alimentos «se hacía comunidad»
La muerte de su abuelo fue el detonante para que Teresa Sosa iniciara un minucioso trabajo de campo sobre las tiendas de aceite y vinagre que quedaban en Gran Canaria y que tomó forma, en 2019, en un libro titulado 'Tiendas de aceite y vinagre'. «Empecé el 2 de enero del 2018 con una mochila en la calle Primero de Mayo y dije, empiezo por aquí, por Las Palmas de Gran Canaria», explica esta docente del CEIP Pepe Dámaso del barrio de Schamann.
Dice que dedicó muchas tardes libres a recorrer en guagua distintos puntos de la geografía insular y descubrió que sobrevivían, unos más intactos y otros más evolucionados, 37 de este tipo de negocios con los que ella guarda un vínculo sentimental muy importante.
«Mis abuelos tenían una tienda de aceite y vinagre cerca de este colegio, en la calle Pedro Infinito. Y yo, de pequeña, estaba en contacto con mis abuelos», dice en referencia a 'Víveres Juana', el negocio con el nombre de su abuela que inauguró su abuelo «en el año 1956». El mismo en el que tomó el relevo su madre hasta su jubilación, en 2002.
«Mi abuelo no me dejaba cortar queso ni jamón. Pero sí me dejaba estar ahí, colocaba las cosas y me empapaba de todo sin ser consciente. Ahora que soy grande, como les digo a los alumnos, me doy cuenta de toda la importancia que ha tenido la tienda a lo largo de los años», dice sobre un universo que quedó grabado en su memoria de niña y que no quiere que se diluya con el paso del tiempo.
Por eso Teresa Sosa, que es coordinadora del Patrimonio Natural, Social y Cultural Canario del centro educativo -una figura que se estrena este año-, defiende que su libro es un homenaje a los tenderos y tenderas que tanto hicieron por su clientela y el entorno que los rodeada. «Hicieron comunidad», asegura.



Su objetivo de reivindicar a «los tenderos y tenderas» que regentaron estos comercios la llevó a adaptar su libro «al plano escolar». Por eso, entre 2020 y 2021 editó, gracias al mecenazgo y al apoyo de las concejalías de Cultura de los ayuntamientos de Moya y Gáldar, 'Tienda de aceite y vinagre para niños'.
Un proyecto que fue respaldado por el equipo directivo del CEIP Pepe Dámaso para el que solo tiene palabras de agradecimiento por la colaboración prestada a su proyecto, pues no dudó en adquirir los 20 ejemplares con los que trabaja con el alumnado.
Además, le ha facilitado llevar su tarea un plano más allá y ha transformado un aula del colegio en 'Ca' Pepe, la de siempre'. Un espacio en el que se recrea una de aquellas tiendas de antaño y en el que el alumnado de 3º a 6º de Primaria se acerca al modo de funcionamiento de unos comercios que tomaban su nombre de «aceite» porque se vendían alimentos, despachados a granel, sin prisas y en papel o cartuchos.

Además, recuerda, tenían «material para la agricultura» o artículos como «lecheras», y en algunos casos eran espacios en los que se podía recibir el correo, llamar por teléfono o escuchar la radio, artilugios poco habituales en los hogares, e incluso se custodiaba la llave de la iglesia.
Pero también, señala, eran lugares en los que la población, sobre todo las mujeres, podían relacionarse y socializar. Así como el espacio en el que los hombres se tomaban «un pisco, de ahí el nombre de vinagre».
Teresa Sosa apunta que el libro que ha adaptado al entorno escolar cuenta con ilustraciones de Cristian Piña Pino y actividades que desarrolla el alumnado.
Asimismo, explica que en ese aula reconvertido en tiendita les da pie a trabajar las diferentes materias que se abordan en este centro bilingüe. «Por ejemplo, tú dices, ¿qué hace religión ahí? Pues las tiendas de aceite y vinagre tenían sus santos».
Respecto al trabajo en valores, apunta que al abordarlos desde la perspectiva de una tienda de aceite y vinagre «se crean valores de cercanía, empatía, confianza», pues habla al alumnado del «'fiao'», el modo en el que los propietarios y propietarias de estos negocios ayudaban a su clientela permitiéndole la compra hasta que llegara el salario y que asegura «quitó mucha hambre».
También, dice, se trabajan asignaturas como «la educación física, planteando hacer un plato saludable con lo que hay en la tienda» y «la lengua, designando los productos; las matemáticas, comprando y vendiendo y manejando el dinero: o el inglés, traduciendo los nombres de los artículos», dice con un entusiasmo que se contagia.

El mismo que ha sabido transmitir a un alumnado que se ha implicado, con ayuda de las familias, para crear unas maquetas en las que se recrean estas tiendas tradicionales y sus elementos con material reciclado. Unos trabajos que ahora se exponen en el hall del colegio y que se vinculan a una gran muestra organizada con motivo del Día de Canarias «vinculado al proyecto rey del centro, que es 'La Historia vuelve'».
Teresa Sosa insiste en agradecer el apoyo de un centro que ha obtenido recientemente el distintivo de Excelencia en materia de Fomento del Plurilingüismo y la Educación Intercultural, y recalca que su libro solo pretende ser «un homenaje real a los tenderos y tenderas». Añade que el trabajo con el alumnado aspira a «mantener la memoria colectiva» para que esos establecimientos que fueron tan importantes para las generaciones que nos precedieron no caigan en el olvido. «Hacer que el hilo generacional, aunque sea chiquitito, siga en este colegio», apunta.
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