El canciller Merz se reunirá el 5 de junio por primera vez con Trump en la Casa Blanca

Stefan Cornelius, portavoz oficial del gabinete alemán, anunció este sábado que Merz partirá hacia Washington en la noche del miércoles tras una cena en Berlín con los primeros ministros de los 16 estados federados germanos. La primera visita oficial del canciller federal a Estados Unidos y su primer encuentro con Trump es de sumo interés no solo para Alemania, sino también para la Unión Europea.

El jefe del Gobierno federal será acogido en la Blair House, la casa de huéspedes del presidente estadounidense junto a la Casa Blanca. Toda una deferencia por parte de Trump hacia su huésped alemán. La primera cita entre ambos está prevista a última hora de la mañana del jueves. Seguidamente almorzarán juntos y ofrecerán posteriormente una rueda de prensa conjunta.

Trump y Merz han tenido ya varias conversaciones telefónicas. Una de carácter bilateral y en tres ocasiones en llamadas multilaterales junto a otros líderes europeos como el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, así como con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para abordar los esfuerzos para un alto el fuego y negociaciones de paz con Rusia.

El jefe del Gobierno federal dispone ya al parecer del número de móvil personal de Trump con el que intercambia mensajes de SMS. Ambos se tutean entre tanto y se llaman por sus nombres propios, Donald y Friedrich. Merz tiene un interés especial por acabar con el conflicto de Ucrania, objetivo que comparte con el magnate neoyorquino, que antes de asumir su cargo anunció que resolvería en 24 horas, pero que continúa estancado mientras Rusia ha ampliado su ofensiva.

Es de esperar que el canciller federal trate de convencer al presidente estadounidense para incrementar apreciablemente la presión sobre el Kremlin y conducir al líder ruso, Vladímir Putin, a aceptar un alto el fuego en Ucrania. Los europeos preparan un nuevo paquete de sanciones conscientes de que este no será efectivo ni no cuenta con el respaldo expreso de jefe de la Casa Blanca.

Merz ha hecho lo posible en las últimas semanas por mostrarse cooperativo hacia Estados Unidos, aunque existe un tema que le irrita profundamente. Considera sumamente «ofensiva» y lo dijo así en su momento, la intervención del vicepresidente de EE UU, JD Vance, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que acusó a los europeos de ser una amenaza para la democracia.

Y ha prohibido expresamente las críticas del Gobierno de EE UU a la categorización de la formación xenófoba y antieuropea Alternativa para Alemania (AfD) por la Oficina para la Protección de la Constitución como extrema derecha confirmada. «Eso es asunto nuestro. Lo decidimos nosotros, no un gobierno estadounidense». Queda por ver si se hablará de ello durante su visita a Washington.