El Ayuntamiento estudia recurrir la prohibición de los conciertos de carnaval fuera de las galas
El actual grupo de gobierno municipal asegura que ha cumplido todos los puntos que dicta el acuerdo vecinal de 2015
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estudia en estos momentos la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que prohíbe a la organización del carnaval celebrar conciertos fuera del marco que prestan las dos galas principales de las carnestolendas capitalinas: la de la elección de la reina y la del drag queen. El grupo municipal de gobierno analiza la posibilidad de plantear un recurso de casación que dé lugar a una nueva sentencia en el sentido del pronunciamiento del Juzgado de lo Contencioso-Adminstrativo 2, que desestimó el recurso presentado por la comunidad de propietarios Simón Bolívar contra la celebración del concierto de Carlos Baute en los carnavales de 2023.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria acota el alcance de la sentencia a un acto ya pasado, el del carnaval de 2023, que se celebró con el grupo de gobierno anterior. Un portavoz autorizado del Consistorio capitalino detalló que el actual gobierno «siempre ha cumplido con el acuerdo de 2015». Como ejemplo de ello, detalla que el concierto de Maluma, que fue la estrella principal del carnaval de 2025, terminó a las 22.00 horas para no generar molestias a los vecinos ni perturbar su derecho al descanso, mientras que el resto de actuaciones se situó en otros escenarios (trasera del parque de Santa Catalina, Manuel Becerra o plaza de La Luz) o se hicieron tras las galas de la reina y de los drag queen.
LA HISTORIA
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2002 El TSJC sentencia que el derecho al descanso de los vecinos no puede ser vulnerado por el carnaval.
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2006 Un auto judicial ordena el precinto de los ventorrillos. La clausura fue confirmada en el año 2009.
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2012 El TSJC exige al Ayuntamiento que cumpla la sentencia de 2002 y que el mogollón se marche de Santa Catalina.
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2015 Se llega a un acuerdo para mantener la celebración de las galas en Santa Catalina, pero no el resto de la fiesta.
La clave de la sentencia del TSJC y del posible recurso que pueda plantear el Ayuntamiento reside en el acuerdo extrajudicial alcanzado en el año 2015 entre la comunidad de propietarios Simón Bolívar, que había denunciado los perjuicios que le generaban los mogollones del carnaval que se celebraban entonces en el parque blanco, y el propio Ayuntamiento, encabezado en aquel momento por el alcalde Juan José Cardona.
Aquel acuerdo -que se alcanzó tras incumplirse uno previo de 2012- levantó la prohibición cautelar que el juzgado había impuesto al carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en el entorno del parque de Santa Catalina a cambio de la adopción de medidas que evitaran las molestias que generaba la celebración de la fiesta a los vecinos de la zona.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que por entonces era el principal grupo municipal de la oposición, advirtió entonces de los riesgos que presentaba el acuerdo para el futuro de la fiesta, como lo denunció la que hoy es actual responsable del carnaval, Inmaculada Medina.
Esta convicción no ha abandonado nunca al equipo organizador de los carnavales, al frente del que ha estado la propia Medina en los últimos diez años.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria está instalado en el convencimiento de que aquel acuerdo, que permitió desbloquear la celebración del carnaval en 2015, tiene algunas cláusulas que resultan ambiguas.
Sin embargo, debe cumplir todos los extremos del pacto suscrito con la comunidad de propietarios del edificio Simón Bolívar porque se trata de un acuerdo que fue homologado judicialmente y, por consiguiente, tiene la misma fuerza que si fuera una sentencia judicial.
La única opción que le quedaría al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria sería denunciar aquel acuerdo extrajudicial de 2015 como lesivo para los intereses de la ciudadanía y abrir un nuevo frente judicial en torno a la celebración del carnaval, pero no es algo que esté sobre la mesa de la alcaldesa, Carolina Darias, en estos momentos, según pudo saber este periódico.
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