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Tres locales en 13 años, además del El Cairo, restaurante ubicado a la zona de La Puntilla. Cada uno con su estética y su especialidad como marca de cada casa: El Viajero, Ginger y The Irish Rover deben su existencia a una sucesión de circunstancias, pero, la más importante para Esteban: ser hijo de un hostelero de toda la vida, Antonio Araña, propietario del mítico Bar Texas en la calle Sargento Llagas quien con 82 años aún sigue regentando y despachando a diario.
Cuando entró en el instituto, su padre le lanzó las llaves del local y de domingo a lunes por las tardes le tocaba a Esteban aprender un oficio con el que, por aquel entonces, ni soñaba. «Lo hacía por echar una mano a mi padre y cubrirle las vacaciones del personal». Y es que, sucede a veces que la vida se empeña en enseñarnos porque los caminos de Esteban, por aquel entonces, distaban mucho más lejos que tras la barra de un bar.
Se licenció en ADE y fue becado por la embajada española en Dinamarca, desde ahí le ofrecieron continuar de ruta hasta Nairobi, pero Esteban decidió regresar y desempeñar una intensa labor en sentido contrario. Tocaba trabajar para Proexca y colocar en el mapa del resto del mundo a las Islas Canarias, coordinando oficinas en el exterior que atrajeran inversiones a las islas. Desde 2003 y hasta 2012, comercializó y abrió líneas de negocio más allá del Atlántico, pero, entre medio, la vida volvió a enviarle otras señales.
Justo antes de cesar su actividad en Proexca, Esteban y su socio, Gregorio González, ya le habían echado el ojo a un local en la calle Joaquín Costa, pero, Esteban recalca que el pionero y valiente fue el Allende y que ellos tropezaron con la oportunidad siguiendo su estela.
Un bar, el primero, El Viajero, que llegó en 2012 para marcar un antes y un después como punto de encuentro de varias generaciones que se habían quedado sin espacio de ocio. Aunque con esto vuelve a ser acto de presencia la honestidad de Esteban y marca como punta de lanza el local de 'La Séptima con Broadway' en la calle Cano.
Con el primer Viajero, marcaron ese espíritu que existía y existe en otras ciudades de España, donde un bar también puede ser el plan perfecto para pasárselo bien. Un local de copas, con buena música que desde sus inicios logró concentrar buen ambiente y convertirse pronto en punto de encuentro de muchos. Por aquel entonces, Esteban recuerda que tanto él como Gregorio idearon este espacio para fines de semana y como actividad extra a sus profesiones, pero a ambos, más o menos a la vez, la vida y sus circunstancias le aparcaron sus actividades principales y pasaron a convertirse en hosteleros a pleno rendimiento.
Desde entonces, no han parado de crecer juntos, de idear otros espacios, definiendo cada local con una esencia diferente. Así el Ginger, con sus imponentes vistas a la Playa de Las Canteras es el lugar perfecto para tomar buena coctelería o lo que se antoje, mientras se disfruta desde su terraza o desde su evocadora sala.
Lo mismo sucede en The Irish Rover, un pub de alma irlandesa, donde la cerveza, las reuniones con los amigos y tres pantallas gigantes para disfrutar de cualquier evento deportivo como espina dorsal de un local que se llena a diario.
Por último, El Cairo, un restaurante muy cerquita del Ginger, donde los arroces y la cocina mediterránea marcan la pauta en el marco incomparable del Paseo de Las Canteras.
Pero Esteban y su socio aún han sido más valientes porque hasta en el sur de la isla clavaron su bandera. Negocio que ya dejaron atrás pero que no descartan volver a la zona.
Y a todos estos, el primogénito, El Viajero, local indispensable del tardeo, del punto de encuentro, del buen ambiente y de la diversión, un local que forma parte indispensable del mapa de recreo de Las Palmas de Gran Canaria.
Con negocios así, tocaba preguntarle como lleva las normativas y restricciones a los que estos locales se ven sujetas y Esteban lo tienen claro «siempre estaré a favor de la conciliación y el bienestar de todos porque también hay que pensar en los vecinos y en los derechos que todos tenemos». Y tanto es así que incluso nos cuenta que se adelantan a la hora fijada para retirar por ejemplo la terraza de El Viajero, en el actual emplazamiento, como gesto de buena voluntad.
Además, y siguiendo su estela conciliadora, preguntamos qué tal se lleva el negocio del ocio y tener una familia con dos niñas pequeñas y Esteban lo tiene claro, se sabe afortunado porque su pareja siempre lo ha apoyado y siempre lo ha comprendido, de lo contrario, nos apunta, «habría sido un infierno imposible de sostener».
Un crecimiento continuo, a ritmo controlado y con un trío de ases que confirman el acierto del destino cuando en aquel 2012 todo cambió para Esteban porque, tal y como él mismo dice, «nos podía haber salido mal, pero nos salió bien y aquí seguimos». No duda en seguir adelante, dando respuestas al ocio presente y futuro que Las Palmas de Gran Canaria demande, pero siempre dentro de los límites que marca el bienestar de todos los vecinos de la capital.
Cuando de hablar de gustos se trata, a Esteban siempre lo encontraremos en locales de toda la vida, donde mandan más las personas que lo regentan o lo cocinan que la carta de menú. Un paseo tan honesto, sencillo y acogedor, como nuestro protagonista.
Lo cierto es que no suele desayunar, eso sí, no perdona el buen café con zumo de naranja natural de Acqua Bar Cafetería en la calle Secretario Artiles. Un local en el que se siente como en casa, sobre todo cuando aún lo regentaba Paula.
Si se amanece tarde y el cuerpo pide un brunch, Esteban apunta a un local histórico, para él quienes fueron los pioneros de este invento en Gran Canaria, aunque no lo llamaran así, Casa Suecia. Y si llega con apetito es capaz de probarlo todo.
Preguntamos a Esteban por su aperitivo o plato ideal a la hora de acompañar una cerveza Dorada Especial 0,0 Tostada, con su sabor suave a caramelo de malta y sus notas dulces y afrutadas y nos responde sin dudar, «unos buenos frutos secos son el complemento perfecto para disfrutar de toda la intensidad de una Tostada 0,0».
Cuando se trata de combinar con el carácter más intenso y el cuerpo generoso de la Dorada Especial Tostada por su sabor a malta tostada y caramelo, la disfruta con un buen plato de jamón. «Ambos magníficos y en maridaje, insuperables».
Sonríe de oreja a oreja para decirnos que siempre lo econtraremos en la Bodega Extremeña, es más, considera que este genuino y auténtico local es su oficina y Ángel Rey, parte de su familia. De aquí le gusta todo: su ensaladilla, sus tortillas, sus carrilleras, rabo de toro, bacalao y prácticamente toda la carta de principio a fin.
Gambrinus, otro imprescindible para Esteban donde Manolo y Miro también convierten su local en hogar para Esteban. De aquí nos recomienda su solomillo con ajo tostado, sus gambas de Huelva, su jarrete o su cherne a la bilbaína.
El Rincón de Triana es otro local que visita con frecuencia. Sus gyozas de morcón, su guacamole en mesa, sus zamburiñas y su bocinegro frito que es puro espectáculo.
El Cairo, obviamente, también forma parte de su lista, sobre todo cuando quiere disfrutar de un buen arroz se secreto y setas mientras disfruta también de las vistas únicas que ofrece este local.
Cuando está en el día a día y toca tirar de menú, dos históricos son sus locales elegidos: Hermanos García y Tatono y por supuesto de este último no perdona su ensaladilla y sus albóndigas.
Ahora, si el día se presenta para picar algo cuando cae la tarde y antes de empezar la noche, Esteban lo tiene claro y tira de un local de toda la vida, histórico e imprescindible de la capital grancanaria: Bodegón Pachichi.
Contrariamente a lo que cualquier pueda pensar, el local donde más le sabe esa copa, casi siempre una cerveza de Dorada Especial es en el local de su padre, Texas Bar, servida por su padre con más de 53 años trabajados a sus espaldas y al pie del cañón.
De resto, bueno fuera que buscara la diversión que ofrece El Viajero porque los ratos que allí se pasan siempre son divertidos.
En The Irish Rover lo encontraremos pasando ratos con amigos y disfrutando juntos de eventos deportivos y muchas rondas de Dorada Especial y en el Ginger se garantiza los tardeos más agradables que se pueden disfrutar en la ciudad con un buen cóctel.
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Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
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