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Enric Bonet
Martes, 13 de mayo 2025, 17:24
Una larga cola de decenas de periodistas, curiosos y amantes de la prensa rosa se formó este martes desde primera hora de la mañana delante del Tribunal de París, en el corazón de la capital francesa. Esa aglomeración no se debió a un juicio a los responsables de un atentado yihadista, como los que suelen celebrarse en ese histórico edificio. El motivo fue menos trágico y más banal: la comparecencia de Kim Kardashian en el proceso judicial de los autores del espectacular atraco que ella sufrió en 2016 en un hotel de lujo parisino.
«Estaba convencida de que iba a morir esa noche», ha asegurado la estrella estadounidense, de 44 años, en la sala de audiencias. «Me dije a mí misma: 'Pueden robármelo todo, pero tengo que volver en vida a mi casa. Tengo unos bebés, ¡por favor!'», ha añadido la exmodelo y amiga de Paris Hilton sobre lo ocurrido durante la noche del 2 al 3 de octubre de 2016. El atraco se produjo en la suite del hotel No Adress, ubicado cerca de la monumental Ópera Garnier. El Tribunal de París juzga a diez de los supuestos autores y cómplices de ese atraco. Está previsto que este proceso se termine a finales de la semana que viene.
Tras haber participado en una fiesta organizada por el diseñador de moda Azzedine Alaïa, Kardashian sufrió una incursión inesperada en su enorme habitación de hotel, de más de 360 m². Un grupo de hombres disfrazados de policías entraron en la suite, tras haber obligado al vigilante del No Adress que los ayudara. Varios de ellos tenían más de 60 años, lo que comportó que la prensa francesa los bautizara como «los yayos ladrones». Cuando la famosa notó su presencia, intentó avisar a las fuerzas de seguridad. Pero lo hizo llamando al número de emergencias estadounidense (911), que no sirve de gran cosa en Europa.
«Cuando me vio, uno de los ladrones me dijo 'Cállate y todo irá bien'», ha explicado durante su comparecencia Kardashian, quien ha llegado al Tribunal acompaña por un amplio dispositivo de seguridad, vestida con una chaqueta y una falda negras y luciendo un collar de diamantes. La noche del atraco la habían amordazado con cinta adhesiva y dejado encerrada en un baño mientras saqueaban su suite. Entonces, según ha declarado este martes, «estaba convencida» de que «iban a violarme (…) y dispararme».
«Lo siento infinitamente»
Nada de eso sucedió y los ladrones se fugaron del hotel con su botín. Este incluía el anillo de boda de la famosa, con un gran diamante de 18,8 quilates, del cual había estado presumiendo pocos días antes en su cuenta de Instagram. Los agentes lograron detener pocos meses después a «los yayos ladrones». Los descubrieron al haber encontrado el ADN de uno de ellos en la banda adhesiva con la que amordazaron a Kardashian. Otro también perdió en el momento de la fuga un pendiente, valorado en 29.000 euros, y eso ayudó a las fuerzas de seguridad.
El cabecilla de ese robo, según la investigación, fue Aomar Aït Khedache, conocido como «Omar el Viejo» y que estaba fugado desde 2010. En una carta ha pedido perdón a la famosa. «Lo siento infinitamente. Después de lo ocurrido, ella se sintió traumada», declaró otro de los acusados durante el juicio. Estos se enfrentan a una posible pena máxima de 20 años de prisión. «Aprecié esa carta (del líder de la banda) y le perdono por lo que sucedió. Pero esto no cambia nada del traumatismo que sufrí y el hecho de que mi vida cambió para siempre», ha dicho la exmodelo mientras lloraba.
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