Mirada por el retrovisor y sin el cinturón: así salió ileso el taxista del ataque

Nada más entrar en el vehículo, el joven gambiano que resultó abatido en la tarde del sábado en el Aeropuerto de Gran Canaria pidió al taxista que apagara la cámara de seguridad. El profesional del taxi miró al nuevo cliente por el espejo retrovisor y vio el enorme cuchillo que portaba. Por suerte, no tenía aún puesto el cinturón de seguridad con lo que ganó tiempo para salir corriendo del vehículo en busca de ayuda hacia el interior de la terminal de pasajeros.

Esa mirada previsora, no estar sujeto por el cinturón y la idea grabada a fuego en este sector profesional de que «lo material queda a un lado y que hay que salir corriendo» en casos similares fueron determinantes para que este taxista grancanario saliera ileso del ataque, apuntó este domingo Lucrecio Romero, presidente de la Asociación de Empresarios del Taxi de Ingenio.

Asegura que su compañero de profesión se encuentra físicamente «bien» tras el ataque de este sábado. «Aunque anímicamente seguirá asustado, seguramente, porque después de un cosa como la que vivió te pasa un millón de cosas por la cabeza», reconoce.

«Aún estamos todos asimilando lo ocurrido y con el miedo en el cuerpo», señala Lucrecio Romero, a quien los compañeros que ejercen en el aeropuerto grancanario le han dicho que al gambiano de 18 años que atacó al taxista, a varios viajeros en el interior de la terminal y a uno de los agentes de la Policía Nacional con un cuchillo de grandes dimensiones, no lo habían visto antes en este recinto.

Desde esta asociación han denunciado en varias ocasiones «la falta de seguridad» tanto en el aeropuerto como en las zonas urbanas de Ingenio y Telde. «Faltan policías. Una mayor presencia de agentes sirve como medida disuasoria. Es evidente que no puede haber un agente siempre en las paradas, pero si se les viera más, ayudaría. Nuestra profesión siempre está muy expuesta por el contacto directo con el cliente, de ahí que muchos compañeros lleven cámaras de vigilancia en el interior y botones antipánico», argumenta.

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