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Seguirá siendo un emblema contra la guerra y la violencia, pero aún tardaremos en saber a ciencia cierta quién es el autor de 'La niña del napalm', la escalofriante imagen tomada hace más de cincuenta años y que resume todo el horror bélico. La organización World Press Photo (WPPH) ha decidido suspender oficialmente la atribución de 'El terror de la guerra', título oficial de la instantánea.
Un documental abrió la caja de Pandora poniendo en duda la autoría de la universal imagen. Tomada el 8 de junio de 1972, muestra a Phan Thi Kim Phuc, una cría vietnamita de nueve años, huyendo despavorida y abrasada por el napalm estadounidense hacia la Ruta 1, cerca de Trang Bang, durante la Guerra de Vietnam.
Hasta ahora se tenía por su autor a Huynh Công 'Nick' Út, quien recibió en 1973 el Premio Pulitzer y el World Press Photo por la espeluznante foto. Pero Joumana El Zein Khoury, director ejecutivo de la organización neerlandesa, explica en un comunicado que la suspensión se debe a que tras una investigación «no hay pruebas que confirmen o refuten claramente» la autoría original.
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Se admite que hay «pruebas contundentes» de que la foto podría haber sido tomada por Nguyen Thành Nghê, entonces corresponsal vietnamita de la agencia Associated Press.
La investigación se inició tras el estreno en el Festival de Cine de Sundance de 'The Stringer', un documental de The VII Foundation impulsado por el fotógrafo de guerra Gary Knight, que pone en duda la atribución tradicional de la autoría en base al análisis visual del grupo francés de investigación INDEX.
Nghê fotógrafo militar formado como cineasta, explica en la filmación cómo llevó sus carretes a la agencia y que le pagaron 20 dólares, además de darle una copia de la foto. Confirma que Út también estaba allí, pero que sacó las imágenes desde más lejos y que aquel 8 de junio fue el propio Nghê quien condujo el coche del equipo de la emisora CBS al pueblo de Trang Bang.
Se asegura desde WPPH que la retirada de la atribución original se mantendrá vigente «a menos que se presenten nuevas pruebas que confirmen claramente la autoría original». Explican, además, que de ahora en adelante la legendaria fotografía -propiedad de AP- llevará una nota advirtiendo de la revisión de su autoría.
«Debido a esta duda actual, World Press Photo ha suspendido la atribución a Nick Út. La evidencia visual disponible y la probable cámara utilizada ese día indican que los fotógrafos Nguyen Thành Nghê o Huynh Công Phúc podrían haber estado en mejor posición para tomar la fotografía», explican los 'jueces' de WPPH.
Destacan que «la fotografía sigue siendo indiscutible», y que se mantiene el premio a la histórica imagen. «Solo la autoría está en revisión» insisten. «Esto sigue siendo un tema histórico controvertido, y es posible que la autoría de la fotografía nunca se confirme por completo. La suspensión de la atribución original se mantiene a menos que se demuestre lo contrario», precisan.
James Hornstein, abogado del fotógrafo Út, dijo en enero a varios medios estadounidenses que demandaría por difamación a los autores del documental, al que tachó de «poco creíble». Phan Thi Kim Phuc, que rechazó participar en una película a la que calificó de «indignante», aseguró en un comunicado que la foto sí era de Út y que fue este fotoperiodista quien la llevó a ella y a su hermano de cinco años a un hospital. Casi todo su cuerpo, salvo la cara y las manos, quedó abrasado. En un hospital de Saigón pasó 14 meses más muerta que viva. Soportó 17 operaciones que le dejaron terribles cicatrices y dolores persistentes.
Aquel día Phan Thi Kim Phuc se había refugiado con toda su familia en un templo de su pueblo. Las bombas de napalm estadounidenses convirtieron en segundos un infierno a 1.200 grados centígrados. Kim Phuc recuerda con nitidez cómo vio «desaparecer» a varios de sus familiares, cómo su ropa se volatilizó, y cómo fue presa «de un dolor inimaginable que me impulsó a correr despavorida».
Con todo, aseguró en su día que perdona sin olvidar y que el perdón, «además de posible, es necesario». «Si la niña de la foto aprendió a perdonar, cualquier ser humano puede hacerlo. Mi vida demuestra que el perdón es más poderoso que cualquier arma de mundo», dijo COLPISA en una visita a España en 2007.
No ocultó que llegó a odiar su famosa foto, que se le hizo «insoportable». «Durante años esa foto me controló. Pero comprendí que, si no podía escapar de ella, podría trabajar con ella por la paz. La acepté como un poderoso regalo y una gran herramienta para mi verdadera causa: plantar la semilla de la paz». «La foto es un símbolo de la guerra pero mi vida lo es de amor, esperanza y perdón» sostuvo. «Cuando vean a esa niña de la foto corriendo y gritando, no piensen que llora por miedo y dolor. Llora Por la paz» explicó.
Se considera que la publicación de la foto fue un punto inflexión que cambió el curso de la guerra. Las últimas tropas estadounidenses abandonaron Vietnam pocos meses después y en enero de 1973 se firmó la paz.
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