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La CEOE de Tenerife anticipa que la economía canaria seguirá creciendo durante 2025 pero a un ritmo menos intenso de lo que lo hizo el año pasado, rondando el 2,8%, a causa de la incertidumbre que genera las políticas estadounidenses o el comportamiento cambiante del mercado de trabajo, según se extrae del informe de coyuntura económica presentado por su presidente Pedro Alfonso y el director de Consultoría de Corporación 5, José Miguel González este miércoles.
Durante una rueda de prensa, ambos informaron que el Producto Interior Bruto (PIB) de Canarias alcanzó los 43.099 millones de euros nominales en el tercer trimestre de 2024 con un incremento interanual acumulado del 7,5%. No obstante, una caída del 0,5% trimestral y del 4,3% interanual en el primer trimestre de 2025 revelan una clara ralentización de la actividad económica en el archipiélago.
+90% Afiliación
13.102 de los 14.472 afiliados que Canarias generó en el primer trimestre fueron estudiantes con prácticas no remuneradas en las empresas. Un dato «muy desalentador» para la economía regional
20,4% Impuestos
Los ingresos del Gobierno canario han aumentado un 1,5%al PIB en los últimos 15 años evidenciando el gran esfuerzo fiscal por parte de la población, mientras los proyectos se «atascan en la burocracia»
Alfonso señaló al actual escenario que presenta la financiación del Estado de Bienestar a nivel nacional, que «habla a las claras» de la situación precaria en la que «nos estamos metiendo» ya que España solo cuenta con un 37% de trabajadores privados, que son los que sostienen el entramado financiero de 49 millones de personas. Ello sumado a que existen 3,5 millones de trabajadores públicos, más que el total de autónomos y que cuentan con salarios más elevados que los privados hace que exista un perfil social «no orientado a la economía y a crecer sino a sostener».
Para el presidente de la confederación tinerfeña el 37% de la población es el que sostiene al otro 63% en lo que respecta a funcionarios, pensionistas o beneficiarios de subsidios, por lo que deja al país «a las puertas de una situación insostenible» que además no se soluciona siguiendo la senda del aumento de la presión fiscal de las familias y de las empresas sino aplicando incentivos que permitan el crecimiento de estas, que son las que más aportan a la generación de empleo.
Además, Alfonso hizo referencia a que los ingresos del Gobierno regional representan hoy un 1,5% más del PIB que en 2010, lo que «evidencia que es urgente reducir la fiscalidad en Canarias. Cada vez hay más esfuerzo por parte de familias y empresas mientras que los proyectos empresariales siguen atascados en la burocracia», apuntó.
Ante la dificultad para cubrir puestos de trabajo, la Confederación ha llegado a un acuerdo con la representación del Ministerio de Defensa para que militares del ejército que se vayan jubilando y pasen a la reserva activa puedan incorporarse a trabajar a las empresas mientras estén en edad laboral.
Según apuntan desde la CEOE, uno de los principales problemas de Canarias y que frena su desarrollo económico es la falta de inversión y en este caso no se trata de una ausencia de ahorro. Actualmente en las islas hay depósitos de 47.000 millones de euros mientras que solo hay 38.000 millones en créditos bancarios.
La capacidad crediticia de los bancos canarios es de 118.000 millones de euros por lo que hay 80.000 millones de euros que no están llegando al sistema económico, principalmente por la falta de confianza, la ausencia de proyectos y la burocracia, que según Alfonso «hace dormir el sueño de los justos» a muchos expedientes en las ventanillas de los municipios y que esto deriva en una situación «cada vez más complicada y con menos expectativas» y cuyo vuelco debe llegar desde la administración pública, «no lo podemos hacer solo las empresas y los trabajadores», afirmó Alfonso.
Alfonso tiene claro que episodios como la huelga de los trabajadores de hostelería el pasado Jueves y Viernes Santo no deben repetirse por el bien de la economía regional.
Mientras apuntó que «la actividad es sagrada», explicó que en un territorio insular, cada pequeño gesto cuenta y que detrás de «cada pequeño colapso se genera un eco aún mayor» y que afecta particularmente a la confianza empresarial y que esa pérdida de confianza conlleva una paralización de la inversión. «No nos podemos permitir el convertir la negociación colectiva y la actividad económica en un campo de batalla».
Alfonso aboga porque tanto los sindicatos como las patronales turísticas retomen la senda del «diálogo, confianza y la cordura».
El hecho de que las patronales turísticas hayan vuelto a ofrecer a los sindicatos una fecha a principios de mayo para empezar a volver a negociar el convenio, ya no solo en el entorno de una negociación específica como la de Semana Santa, aceptando que hay un problema en el convenio colectivo deber ser «valorado como gesto de buena voluntad y de compromiso por parte del sector, que a veces desde los sindicatos parece que no es bien entendido».
Al mismo tiempo, defendió que durante toda esta batalla dialéctica que ha durado cerca de dos meses «no se trata de ganar titulares» sino de «asegurar los puestos de trabajo. Canarias no puede permitirse el lujo de enfrentarse a sí misma, tenemos que empezar a pensar en que si queremos salir de aquí saldremos juntos, pero no enfrentados», y opinó que los conflictos laborales deben ser siempre el último recurso y se tienen que agotar todas las opciones posibles.
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