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Francesco Paratore aprendió lo que era trabajar con apenas 12 años, justo debajo de su casa, en su Sicilia natal, lavando platos y sin más remuneración que la de aprender un oficio, llevar a casa algo de comida los fines de semana y las propinas que su madre empleaba en comprar jabón para que, aun siendo ropas algo gastadas, Francesco siempre fuera limpio como el que más.
Y quién le iba a decir a aquel muchacho que 58 años después estaría sentando, dando esta entrevista a Canarias7 tras llevar más de 40 años, creando, ambientando, haciendo crecer y dando a conocer, lo mejor de la gastronomía italiana en Gran Canaria. Y tanto es así que en el año 1997 el Ministro de Industria de Italia le reconoció como embajador de la gastronomía italiana.
De aquella casa de comidas, Francesco salió sabiéndolo todo: cocinar, gestionar, atender, limpiar, un aprendizaje que solo aparcó cuando tuvo que ingresar en el servicio militar y aún recuerda la triste despedida de aquel señor, que le enseñó las bases de todo lo que él aprendió a multiplicar algo más tarde.
«Nadie nunca me ha regalado nada» nos cuenta Francesco y una vez y terminó el servicio militar, cargó mochila a la espalda y salió a conocer mundo, dando rienda suelta a una inquietud que le ha acompañado desde siempre. Holanda, Londres y Escandinavia, entre otros lugares fueron los escenarios donde Francesco siguió trabajando de sol a sol y hablamos en sentido literal. «Todo lo que soy y lo que tengo, lo fui consiguiendo por mí mismo.»
Francesco no se arruga, es más, se enorgullece de haber aprendido, desde que apenas era un niño, lo que cuestan las cosas y el empeño en que todo se haga mejor que bien cada vez que se intenta porque creció con una premisa que repite como un mantra y que aprendió de su madre «la abundancia trae abundancia» y eso lo lleva hasta la máxima expresión en que cada empresa que comienza en su vida. Por contra, «la miseria atrae miseria», así que Francesco lo da todo, siempre y en cada momento y en todos los ámbitos de su vida.
Estando en Estocolmo un amigo le habló de Gran Canaria, lugar que Francesco no conocía ni ubicaba en el mapa y no tardó más de un año en montar en la isla el primer restaurante italiano que existió y que seguro muchos recordamos: La Liguria en la Avenida de Tirajana, en Playa del Inglés.
Aquel restaurante no solo llegó para que los canarios pudiéramos deleitarnos con su cocina, también fue escuela para muchos que hoy tienen sus propios restaurantes de gastronomía italiana y, sin lugar a duda, marcó un antes y un después en el cómo se deben hacer las cosas.
«De nada sirve que cocines bien si el ambiente no está a la altura de la cocina», un empeño de Francesco y su mujer, Macamen, a quienes también se les debe la creación de ambientes únicos, exclusivos y encantadores, volviendo con ello a marcar tendencia y escuela, porque, traspasar las puertas de cualquiera de sus locales es lo mismo que poner un sello al pasaporte y viajar desde la vista, el gusto, el olfato, el tacto y el oído.
Nada se deja al alzar, todo se piensa y se espera el tiempo que sea necesario hasta que la sala o la terraza estén a la altura de lo que sale de sus cocinas. Pura poesía o como a Francesco le gusta decir, «siempre hay que buscar la excelencia» y es que Francesco se considera alérgico a la mediocridad.
Cuando le preguntamos cómo un muchacho que comenzó de freganchín llega a ser 40 años después uno de los más importantes empresarios hosteleros de las islas, Francesco no se entretiene en su discurso, es más, lo resume en dos palabras: motivación y ganas, sin ambas, el ser humano está perdido.
Todos los días se despierta con ganas de seguir y, sobre todo, de seguir haciéndolo cada vez mejor. Y a lo que otros llaman sueños él lo llama motivo, motor de cada local que ha hecho realidad, porque Francesco no se conforma y el trabajo bien hecho hasta conseguir la excelencia es su única meta.
Hoy, lidera reconocidos locales gastronómicos de la isla: las famosas Scooter´s, todas ubicadas en lugares estratégicos, con su carta propia y su imagen evocadora de cualquier gran capital mundial y nos recuerda que, cuando crearon el primer local las colas llegaban a la siguiente esquina de la calle. Como dato, solo en un año los Scooter´s despachan más de 160.000 hamburguesas.
La María Cervecería, ubicadas en conocidos centros comerciales capitalinos donde la carta es el compendio perfecto de esos platos que siempre se buscan a la hora de compartir pero, sobre todo, para maridar cada uno de ellos con una Dorada Especial.
Y Vai-Piano, donde queda de manifiesto toda la esencia de la gastronomía italiana y que a nadie deja indiferente porque tras sus puertas se esconde el corazón de Italia. Locales en los que no solo late su gastronomía, con fuera de carta diferente a diario, sino que, el ambiente traspasa a la experiencia por su exquisita, distinguida y elegante decoración. Y es que, a pesar de llevar toda una vida en Gran Canaria, Francesco deja de manifiesto el impecable y siempre admirado estilo italiano.
Otro local que aún permanece en el recuerdo de los grancanarios es La Toscana, lugar irrepetible que también llevó la firma de Francesco donde las premisas de su éxito siguen tan vigentes hoy en día: ingredientes, elaboraciones, atención, sala y ambiente en los que jamás de especula a la hora de dar lo mejor, porque Francesco lo tiene claro: «El recuerdo que dejaremos en el tiempo que estaremos en este mundo, será el resultado de nuestras acciones y de lo que hayamos hecho por nosotros mismos» y no, Francesco no ha regateado jamás con la excelencia. Cueste lo que cueste.
A diario, pasea por los locales, no baja la guardia, no se cansa ni se rinde, aunque nos cuente que ya está «de salida» porque confía sin vacilar en el gran equipo que conforman, de hecho, nos cuenta que solo hace dos preguntas cuando alguien le pide trabajo: ¿Necesitas trabajar? ¿Tienes ganas de aprender? Y, a partir de ahí, Francesco lo da todo. Equipo, por otra parte, absolutamente vital y esencial en el crecimiento y en el día a día porque, sin ellos, prácticamente nada habría sido posible.
Toda una cadena de valor, ligada al mejor sabor y al trabajo sin atajos, marcando una estela única en Gran Canaria, de la que se considera enamorado y en la que desconecta cuando se adentra por caminos en busca de setas cuando están en temporada. Una isla, en la que nos anima a perdernos y dejarnos llevar, a mecernos en sus días de sol y en sus vientos Alisios.
Además, sus paseos gastro están muy centrados en los locales que ha creado y nos cuenta qué es lo que más le gusta, en cada uno de ellos, porque, si algo tiene claro Francesco es que siempre ha sabido hacia donde tiene que ir pero, lo más importante es que jamás ha olvidado de dónde viene.
Arranca la mañana en casa con un desayuno de lo más saludable y energético, un buen kéfir al que le añade semillas, copos de avena, frutos secos y miel artesanal de Gran Canaria.
El resto de la mañana solo podrán encontrarle disfrutando de un buen café italiano. Para ello elige dos locales dónde sabe que lo hacen bien, el primero de ellos la Cafetería Da Garibaldi y, el segundo, Café Regina porque tienen buen café y como buen italiano, eso es indispensable.
Francesco nos da las claves para el sacarle el máximo partido a la cerveza que más se sirve en su local, de hecho, a diario, cientos de personas toman asiento en su terraza y el grifo de cañas no cesa de 'tirar'.
En Vai-Piano, nos recomienda que vivamos la experiencia de una caña de Dorada Especial bien fresquita y la acompañemos de sus fritos mixtos porque entre ambos se consigue un maridaje sublime.
Y, de segundo, otra caña de Dorada Especial con cualquiera de sus pizzas, todas gourmets, todas artesanales y todas elaboradas con producto fresco. Dos tentadoras propuestas que nadie debería perderse.
Nos confiesa que apenas almuerza, su desayuno le llena de energía prácticamente para el resto del día y espera hasta que cae la tarde para disfrutar de una buena cena, siempre temprana, ligera y equlibrada y eso lo consigue en cualquiera de sus locales de los que nos da, sabrosas recomendaciones.
En Vai Piano, tanto en el de la Plazoleta Cairasco como el del CC Las Ramblas, lo mejor es disfrutar de un plato de pasta, siempre fresca y elaborada en el día y de un risotto y el plato que jamás debe faltar como entrante el vitello tonnato, para la gran mayoría, el mejor de Gran Canaria.
Si se trata de tomar asiento en Scooter´s, Francesco nos recomienda que no nos perdamos su hamburguesa, elaborada con ternera rubia gallega. Un bocado que se ha convertido, por derecho propio, en imprescindible para todo aquel que la haya probado.
Si el día se torna para compartir, en La María Cervecería, tanto en el CC Las Arenas como en el CC 7 Palmas, no hay que dejar pasar cualquier plato de la gastronomía canaria, así como su tortilla de papas, elaborada a diario.
Cuando se trata de comer un buen pescado en un entorno único, a Francesco podremos encontrarlo en La Marinera porque, para él, la buena gastronomía se disfruta en profundidad cuando la atmósfera está creada para ello.
Y si pone rumbo al sur de Gran Canaria parada en Vecindario, el unico lugar donde se concede comer otras pizzas que no sean las suyas en la Pizzería Italiana La Vita é Bella.
Como buen italiano, amante del buen gusto, Francesco no podría recomendarnos otro local que no fuera Carlichi Copas, el mejor local de Las Palmas donde la excelencia, también se palpa en cada sorbo.
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Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Cristina Cándido y Álex Sánchez
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