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Gran Canaria está disfrutando esta semana con una cita para la historia con la celebración del Rally Islas Canarias 2025 en sus carreteras. Los mejores equipos del planeta se baten en duelo en el asfalto insular y un acontecimiento de esta magnitud, merece el mayor y mejor despliegue organizado por la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas en todas las ediciones de esta mítica prueba.
CANARIAS7 ha vivido la experiencia de compartir una jornada de trabajo a bordo del helicóptero con base en Fuerteventura que el Instituto Armado ha desplazado a Gran Canaria para prestar un apoyo clave a los cerca de 200 efectivos que componen el extraordinario despliegue llevado a cabo para controlar el buen desarrollo de todos los tramos cronometrados.
Se trata de la aeronave EC-135 de la Unidad Aérea de Fuerteventura (UHEL Fuerteventura) que pertenece al Sector Aéreo de Canarias y que, en esta ocasión, ha estado comandada por los sargentos 1º José Alberto Luna Galán y David Martínez Dolmedo, apoyados por el mecánico guardia civil Pedro Torres Díaz. Este viernes, la tripulación llegó desde su base en el aeropuerto de Fuerteventura para realizar un apoyo aéreo al resto de unidades de la Benemérita, sobre todo, en los primeros tramos cronometrados de la primera jornada.
Desde primera hora, realizaron un intenso vuelo por las especiales de Valleseco y La Aldea y sus vías de enlace, donde se aglomera el mayor número de vehículos estacionados.
A la tripulación le llamó mucho la atención «la gran aglomeración de personas que hay en las zonas de paso del rally, abarrotando las cunetas y montañas», manifestaron mientras sobrevolaban la zona final del tramo cronometrado de Valleseco. Desde el aire se podía observar el importante dispositivo desplegado con la presencia del Destacamento de Tráfico, la Usecic de Las Palmas (Unidad de Seguridad Ciudadana), el GRS nº 8 (Grupo de Reserva y Seguridad) que se desplazó desde Tenerife y las patrullas de seguridad ciudadana. Estos agentes solo tuvieron que actuar en alguna ocasión aislada durante la primera parte de la etapa inaugural de esta prueba para controlar, sobre todo, a algún aficionado que invadía la vía cuando no estaba aún permitido.
Todas las comunicaciones de estas actuaciones las escuchan los pilotos del helicóptero que están siempre alerta por si sus compañeros necesitaran de su apoyo desde el aire. «Nosotros debemos de estar pendientes de que nadie entre en la zona de la carrera para ayudar a garantizar la seguridad para que el evento se desarrolle lo más correctamente posible», sostuvo José Alberto Luna mientras David Martínez intentaba localizar más aglomeraciones de aficionados para ver si estaban o no, bien colocados.
Para estos profesionales, el Rally Islas Canarias 2025 es el primero en el que actúan a bordo del helicóptero de la Guardia Civil y les resultó «un reto mayúsculo» ya que del trabajo de «todos los efectivos de seguridad y emergencias desplazados a Gran Canaria durante estos días» depende el desarrollo exitoso de «una prueba que es histórica» ya que se trata de la primera vez que los mejores vehículos de rallies del Mundial circulan por el archipiélago.
«Este operativo es diferente al que llevamos a cabo en nuestro día a día, aunque al final se basa en estar coordinados con el resto de equipos y prestar nuestra ayuda y asistencia desde el aire», contaron los sargentos primeros que, habitualmente, prestan «servicios orientados a preservar la seguridad ciudadana, dar apoyo a otras unidades del cuerpo y preservar el control de costas y fronteras del archipiélago canario», relataron.
Para esta unidad, «la coordinación es primordial, sobre todo cuando hay diferentes medios aéreos volando en la zona». Es fundamental que haya una perfecta sincronización entre todos los efectivos de la Guardia Civil «junto con las unidades territoriales en tierra y el Control Aéreo de Canarias, todo ello para garantizar que se produzca todo el operativo con seguridad y no haya ningún tipo de altercado» que pueda poner el peligro tanto vidas humanas como el desarrollo de la prueba.
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Tras dejar atrás núcleos urbanos de importancia como Arucas o Teror y sobrevolar el tramo de Valleseco, la aeronave se dirigió a la zona más alta de la isla con el Nublo y el Bentayga como fieles observadores. Ya en las inmediaciones de Artenara se volvieron a ver escenas espectaculares con los vehículos derrapando en cada curva de tal forma, que hasta a los propios pilotos les costaba seguirles el ritmo: «Es un espectáculo ver cómo pilotan por estas carreteras tan complicadas», exclamaban José Alberto Luna y David Martínez.
Minutos después y tras dejar atrás Artenara, el helicóptero de la Guardia Civil se dirigió hasta el tercer tramo cronometrado de la primera jornada del WRC sobrevolando las zonas «más bonitas de la isla», como así confesó José Alberto Luna. Los altos de Guía y Gáldar con ese verdor inconfundible, para iniciar un impresionante vuelo cercano al Roque Palmés rumbo a la montaña de Altavista, la cima de Tamadaba. Al dejar a un lado este emblemático hito paisajístico ya asomaba al fondo La Aldea y su característico paisaje lleno de invernaderos.
Ahí se divisaban nuevamente a cientos de personas en esta tercera prueba especial y, como no, los colores de los primeros coches en llegar a la meta del municipio del este de la isla.
En La Aldea, la tripulación recibió un aviso de alerta: «Hemos tenido una comunicación de la central de que había unos drones volando en una zona no autorizada. El mando ha notificado a una patrulla de tierra para que intentara localizar a los pilotos de estos aparatos para evitar sobrevolaran el lugar porque, para nosotros es un riesgo», narraba David Martínez. «Un dron puede provocar un impacto durante el vuelo que acabaría en catástrofe. Por eso la importancia de estar comunicados los compañeros de tierra y nosotros para así poder detectar posibles amenazas y que esto no ponga en riesgo el operativo».
Minutos después se iban acumulando en la zona de meta las primeras decenas de vehículos que iban culminando esta especial y, otro aviso: el indicador del combustible les obligaba a volver al helipuerto: «Nosotros venimos de Fuerteventura, tenemos aproximadamente una hora de vuelo hasta Gran Canaria y la autonomía de esta aeronave es de unas dos horas y media. Entonces estamos limitados con el combustible. Ahora tenemos que repostar en el Aeroclub y, una vez que regresemos a nuestra base en Puerto del Rosario, el compañero mecánico Pedro Torres Díaz realizará las labores de mantenimiento propias que necesita la aeronave, sobre todo por la salinidad del ambiente al tener que volar entre islas sobre el mar», detallaron.
Tras una hora de intenso vuelo, primera parada en el helipuerto de la Guardia Civil situado en el Puerto de Las Palmas, donde un equipo de operarios anti incendios les esperaba «como protocolo de seguridad», pera luego emprender rumbo a Tarajalillo donde repostarían y así poder regresar a Fuerteventura.
Todo ello con el objetivo claro y conciso de dotar de la mayor seguridad posible a un Rally Islas Canarias 2025 que está colocando al archipiélago en el objetivo de todos los aficionados al mundo del automovilismo del planeta. Un despliegue mayúsculo de la Guardia Civil para esta cita con la historia del deporte del motor.
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