El juez deja en libertad al padre de la niña tiroteada en Plasencia y rebaja su acusación

El titular del juzgado número 1 de Plasencia ha decretado libertad provisional para Iván Montaño, el padre de Camelia, la niña de dos años que falleció a consecuencia de una bala perdida en el tiroteo de San Lázaro, en el que se enfrentaron miembros de los Loletes y los Hilarios, por tratar de quemar una vivienda.

Había sido detenido por la Policía Nacional a primera hora de la mañana del pasado lunes junto con otro familiar, su tío Ramón Montaño. Ambos habían sido denunciados por los propietarios de la vivienda a la que supuestamente trataron de prender fuego en la madrugada del lunes, en torno a las 2.30 horas, y que son a su vez familiares de los seis encarcelados de San Lázaro por el tiroteo del pasado 30 de marzo.

El apagón que dejó a oscuras a la región y al país el lunes, y que el martes impidió que las plataformas judiciales estuvieran operativas, retrasó su declaración en el juzgado hasta la mañana de este miércoles. Además de Iván y su tío, lo ha hecho una tercera persona ajena a la familia y a la que el juez ha dejado también en libertad. Supuestamente habrían rociado con gasolina, el bidón está en manos de la policía, la puerta de entrada y parte de la fachada de la vivienda de los familiares de los Loletes, en un intento de prenderle fuego para obligarles así a abandonar el barrio y culminar el destierro de todos los miembros de esta familia en cumplimiento de la ley gitana.

Sin embargo, tras escuchar las declaraciones de los detenidos, y de acuerdo con la Fiscalía y la defensa de los acusados, el juez ha decretado libertad provisional para los tres, pero ha acordado para Iván y su tío la prohibición de acercarse a los inquilinos de la vivienda a menos de 150 metros y comunicar con ellos por cualquier medio, según informa el TSJEx. Aunque llegaron al juzgado como investigados por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, han salido como investigados por los presuntos delitos de daños y amenazas.

Lo sucedido se encuadra en los hechos que han venido ocurriendo en San Lázaro con respecto a propiedades de los Loletes después de que el juez del número 1, que también lleva la causa del tiroteo, decidiera enviar a prisión a los seis miembros de este clan, a los que investiga por por cuatro delitos de homicidio en grado de tentativa por disparar a miembros de los Hilarios cuando iban en un coche y un delito de homicidio imprudente por la muerte de la menor de dos años, así como por los presuntos delitos de riña tumultuaria, amenazas, tenencia ilícita de armas y lesiones por las heridas causadas a una joven.

Apenas tres días después de que los Loletes fueran trasladados a la cárcel de Topas, se prendía fuego a su vivienda familiar y se intentaba quemar otras dos, una segunda se calcinó más tarde, y se causaron daños también en vehículos del clan. Los padres de Camelia y otros familiares de la menor fueron acusados de ser los autores de estos incendios y comenzaron a recibir amenazas de los Loletes por ello, según han denunciado de manera pública y ante la Policía Nacional.

Ahora tras el último intento de prender fuego a una vivienda de familiares de los Loletes, que al parecer apenas mantienen relación con los encarcelados, han sido detenidos Iván y su tío. Ambos participaron en la manifestación por Camelia que se celebró el pasado 22 en la Plaza Mayor de Plasencia para pedir justicia por la niña.

«Pedimos que los responsables de su muerte, los Loletes, no salgan de la cárcel», dijo Iván Montaño. «Si salen va a haber más muertes y no queremos que lo ocurrido a la niña se repita», agregó el tío de Iván, Ramón Montaño.

La familia de la menor mantiene que la investigación policial y las pruebas logradas hasta el momento indican que «los Hilarios fueron a San Lázaro a zanjar el conflicto con los Loletes», que había provocado una pelea anterior entre los dos clanes en un club de alterne. «Fueron a darles 15.000 euros para resolverlo, pero se encontraron con que no querían, comenzaron a disparar y mataron a mi niña porque la matriarca del clan quería sangre por sangre».

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